viernes, 4 de febrero de 2022

La calma

 ¿Quién no la desea?

El silencio era absoluto. Ni siquiera las moscas que disfrutaban del delicioso banquete lo rompían con el monótono zumbido de sus alas: no se despegaban de aquel manjar, no había motivo alguno para hacerlo. Ese ser que como tantos otros lanzaba su extraña pata alargada y las aplastaba no suponía ningún peligro: llevaba horas sin moverse.

La piel pálida estaba impregnada de una sustancia dulce y pegajosa, tan irresistible, tan sabrosa, que les era imposible despegar sus diminutas trompas; solo se permitían dejar de succionar para frotar las patitas delanteras contra sus ojos, igual que haría un gato para limpiarse la cabeza.

Un sol abrasador producía en aquel cuerpo un hedor cada vez más intenso y, por tanto, más atractivo para los insectos. Podían haber permanecido ahí eternamente, en medio del claro de un bosque desprovisto de árboles cercanos que se enfrentaran al astro rey con toda la fuerza de su sombra. Habrían podido convertir a aquel ser ahora inofensivo en un bufé libre el resto de sus breves vidas, compartirlo con las hormigas que se adentraban en los diferentes orificios e incluso con las avispas que arrancaban enormes pedazos de carne.

Pero entonces, al fin, el silencio fue roto. El deslumbrante zapato de un inspector de homicidios irrumpió en el claro con alarmante estruendo y las moscas llenaron el aire de monótonos zumbidos, alzándose como una oscura nube en un día de tormenta.

La imagen del bosque pertenece a @wirestock y fue descargada de la web Freepik.
Podéis acceder al enlace de atribución en el pie de esta página.

*Este microrrelato fue escrito para la convocatoria de la web Dentro del Monolito en la que se animaba a escribir una historia criminal con un máximo de 200 palabras.

8 comentarios:

  1. Estupendo micro, Ricardo. Logras mostrar con todos los sentidos ese tiempo en el que el cadáver está solo, en silencio, esperando a ser descubierto y contar su historia. Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David. Siempre es un placer ver tu comentario por aquí. Muchas gracias por leerme y me alegro un montón de que te haya gustado.
      Un saludo.

      Eliminar
  2. Es muy cautivadora la atmósfera que creas, una narración impecable. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Nilo.
      Me alegra mucho que te haya gustado esta breve historia y que su atmósfera te haya cautivado. Muchísimas gracias por leerlo y por tomarte la molestia de comentarlo aquí, en el blog.
      Un saludo.

      Eliminar
  3. Respuestas
    1. Hola, Ángel. Muchas gracias por pasarte, leer el micro y comentarlo.
      Saludos.

      Eliminar
  4. ¡Buen micro! Y pensar que un cadáver pasa por esa fase da grima, pero es así cuando aparece un muerto abandonado a su suerte. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mamen. Estaba esperando tu comentario. Muchas gracias por leerme siempre. Me alegro de que te haya gustado.
      Un abrazo.

      Eliminar

Si has leído la historia, ¿por qué no comentar? Tanto si te ha gustado como si no, no dudes en hacérmelo saber. ¡Gracias!